La Bioestimulación en el Cultivo del Palto

Agroclub

Hablar de bioestimulación en el cultivo de palto es complejo debido a la cantidad de variables que influyen en el proceso de desarrollo de las plantas. Sin embargo, toda técnica o concepto en este campo está respaldado por evaluaciones minuciosas, como la biometría y el análisis en campo. Hoy en día, las empresas productoras de palto están enfocadas en la cosecha de la fruta, mientras que sus áreas de investigación prestan gran atención a las yemas. Estas son fundamentales para optimizar los ciclos de crecimiento y producción.

El Rol de las Yemas en el Cultivo

Yemas de un cultivo

La bioestimulación del palto comienza con el análisis y la evolución de las yemas. Dependiendo de su ubicación en la planta, las yemas presentan diferentes grados de desarrollo, siendo las yemas situadas en la parte alta de la planta las que suelen tener un mayor tamaño debido a la mayor luminosidad. En cambio, en las partes medias y bajas, donde la luz solar es más escasa, las yemas tienden a tener menor tamaño y características menos desarrolladas.

Cada yema, además, tiene necesidades nutricionales específicas. Sin embargo, lo que realmente resulta interesante es cómo, en situaciones de bioestimulación, las yemas más desarrolladas pueden generar un «efecto sumidero», es decir, que consumen la mayor cantidad de recursos disponibles, limitando el crecimiento de otras yemas cercanas. Este fenómeno puede ser controlado mediante la aplicación de productos bioestimulantes, como las citoquininas, que ayudan a mejorar el equilibrio entre las yemas y a promover un crecimiento más uniforme.

Bioestimulación y Regulación Hormonal

Bioestimulación en el Cultivo del Palto

Para mitigar el efecto sumidero en las yemas, se recomienda el uso de productos bioestimulantes como las algas marinas y las citoquininas, que han demostrado ser eficaces en la promoción de un desarrollo homogéneo de las yemas. Este tipo de tratamientos permiten obtener una floración más ordenada, lo cual es esencial para evitar floraciones prolongadas o desordenadas que requieren el uso repetido de productos reguladores del vigor. Si el vigor de las yemas no se maneja adecuadamente, se pueden generar problemas en el crecimiento y en la calidad de la cosecha.

Las citoquininas juegan un papel clave en la floración, ya que promueven la división celular y mantienen viables el polen y la humedad del estigma, factores cruciales para una correcta fecundación y un buen desarrollo del fruto. Además, las citoquininas trabajan en conjunto con nutrientes esenciales como el calcio, el boro y el zinc, lo que garantiza un desarrollo adecuado de las yemas y una fructificación de alta calidad.

Momento Adecuado para Aplicar Bioestimulantes

Planta de paltos

Es importante aplicar los tratamientos de bioestimulación en los momentos clave del ciclo de crecimiento del palto. El primer momento crucial es durante la inducción de las yemas (estadios 3 y 4), cuando el clima juega un papel determinante en si la yema se convertirá en una estructura reproductiva o no. El uso de citoquininas en esta fase, junto con algas marinas para mejorar la clorofila de las hojas, favorece un desarrollo adecuado de las yemas.

El segundo momento importante es durante el estadio 6, cuando las yemas ya están diferenciadas. En esta fase, se requiere un tratamiento que garantice la calidad del polen, lo cual se logra con citoquininas y aplicaciones foliares de zinc, promoviendo así una floración uniforme y de calidad.

El tercer momento clave es durante la fase de coliflor (panícula). En este momento, las aplicaciones foliares de zinc y algas marinas cargadas en auxinas ayudan a mejorar la calidad y el tamaño de las panículas, preparándolas para una fructificación exitosa.

La Importancia de las Auxinas

Otra hormona crucial en el proceso de bioestimulación es la auxina, que está directamente relacionada con la floración y el crecimiento celular. Las auxinas promueven la elongación celular e inhiben la caída de flores y frutos, lo que las convierte en elementos fundamentales para el éxito de la cosecha. Los bajos niveles de zinc en la planta, por otro lado, se traducen en menores concentraciones de auxinas, lo que puede provocar una mala calidad de flores y la caída prematura de frutos cuajados.

La relación entre auxinas y zinc es esencial para el desarrollo de las estructuras del pedúnculo y los haces vasculares, que son los encargados de transportar nutrientes desde las ramas hasta los frutos. Por lo tanto, un manejo adecuado de las concentraciones de auxinas y zinc asegura una correcta formación de los frutos y su posterior desarrollo.

Bioestimulación en Zonas Frías

Plantas de palto

En zonas más frías del Perú, se suele complementar el uso de citoquininas con ácido giberélico. Con ello, en estas regiones la diferenciación de las yemas puede ser tan alta que no se garantiza un buen rendimiento. El uso de giberelinas ayuda a equilibrar el crecimiento de los brotes y las panículas. Así se evita una floración excesiva que no esté acompañada de un desarrollo adecuado de los frutos.

Cada planta reacciona de manera diferente a los tratamientos, dependiendo de factores como el clima, la nutrición y el vigor de la planta. Por ello, es fundamental ajustar las dosis y los productos utilizados de acuerdo con las condiciones específicas de cada huerto.

Lecciones del Ciclo Pasado y Ajustes para el Futuro

El ciclo de floración del palto puede variar considerablemente de un año a otro debido a las condiciones climáticas. En la campaña pasada, por ejemplo, muchos productores subestimaron el nivel de estrés que las plantas experimentarían debido a las altas temperaturas. Entonces aplicaron dosis elevadas de productos reguladores del crecimiento, lo que tuvo un impacto negativo en la producción. Este año, las condiciones parecen ser más favorables. Pero los especialistas en palto del Perú están tomando precauciones y ajustando las dosis de manera más conservadora para evitar problemas similares.

En conclusión, la bioestimulación en el cultivo del palto es una herramienta poderosa que manejada adecuadamente, permite optimizar el desarrollo de las yemas y mejorar la calidad de la floración y los frutos. El uso de citoquininas, auxinas y otros bioestimulantes debe estar cuidadosamente programado para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos asociados con el crecimiento descontrolado o el estrés en las plantas.

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